La imagen titular de la cofradía de Jesús Nazareno de Cuellar, se
realizaría a inicios del siglo XVII, quizás si no en el mismo año en el
cual se fundó la cofradía, en los más inmediatos y antes de 1613. Nos
encontramos ante una escultura del primer tercio del siglo XVII
(1600-1613) relacionada con un escultor tardoromanista, cercano al modo
de hacer o conocedor de la obra de los Torrecilla y los Bolduque. En el
rostro de Cristo se aprecia aún la elegante huella del manierismo, lo
que le dota de un cierto aire de serenidad clásica. El cuerpo del
Nazareno está completamente anatomizado, aunque realizado para vestir.
La anatomía del mismo nos remite a modelos romanistas. Esta dotado de
una potente musculatura y presenta al Señor dando un paso o zancada
amplia semejante a la de algunos nazarenos sevillanos contemporáneos,
aunque con una postura inestable, por culpa del peso de la cruz. La
posición lógica de transportar un gran peso en el hombro, suele ser casi
siempre con el hombro derecho, tal y como lo lleva el Nazareno de
Cuéllar. Sin embargo en las representaciones nazarenas predominan de
forma casi absoluta las que lo apoyan sobre el hombro izquierdo, de modo
que a Jesús le quede libre la mano derecha para bendecir.
EN CUÉLLAR, LA COFRADÍA DE LOS NAZARENOS QUEDA DOCUMENTADA EN EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO, DESDE INICIOS DEL SIGLO XVII, ESTANDO FUNDADA CON ANTERIORIDAD AL 10 DE ENERO DE 1613, AÑO EN EL CUAL EL PAPA PAULO V (1607-1621), LE CONCEDE, POR MEDIO DE UN BREVE DE DICHA FECHA, MUCHAS Y MUY GRANDES INDULGENCIAS, “PUES ES DE LAS ILUSTRES CONFRATERNIDADES DE ESTA VILLA”. SABEMOS GRACIAS AL P. CALDERÓN COMO EN 1670-79, LA COFRADÍA DE LOS NAZARENOS, CUANDO RESIDÍA EN SAN FRANCISCO, OCUPABA LA CAPILLA DE LOS VELÁSQUEZ, LA CUAL TAMBIÉN ERA CONOCIDA EN EL SIGLO XVII, COMO LA CAPILLA DEL “ENTIERRO DE CRISTO”, YA QUE EN ELLA SE RENDÍA CULTO A UNA IMAGEN DEL SEÑOR EN EL SEPULCRO.